Estamos sentados en el piso afuera de una gasolinera en el medio de la nada tomando café blanco y comiendo pastel. ¿Que vamos a hacer? Mi bici está volteada de cabeza, mis alforjas por todos lados. No sé. Ceci se levanta y trata de sacarlo. Ella se sienta de nuevo y come más pastel. Luego yo como más también. Y juntos lo miramos más. ¿Que vamos a hacer? Pongo en el piso mi café con mucha determinación y lo intento. Luego me siento otra vez y como más pastel. No sé. El clavo de 3” saliendo de mi llanta trasera está muy muuuuuy instalado ahí. Estábamos cruzando una carretera transitada hacia un puente empinado sin acotamiento cuando decidió tomar un aventón con nosotros. Clavo necio! Casi nos reímos porque es casi chistoso pero no lo hacemos porque, bueno porque hay trabajo que hacer y el día está lejos de terminar.
Estamos 60 km adelante y nos paramos en un pueblito para preguntar direcciones pero sobre todo para tomar al menos un litro de té dulce con leche y “grass jelly” (búscalo en google) flotando como sanguijuelas. El día está ardiendo y estamos derritiéndonos en nuestros zapatos de bici. Estamos sudorosos hasta el punto que los cristales de sal reflejan la luz haciendo difícil que los locales puedan vernos directamente por un periodo extendido de tiempo. Al menos esa es mi percepción. O tal vez es nuestro olor. Dioooos no sé, son lo suficientemente tímidos para empezar, y cómo dije, no hay mucho tiempo para un análisis profundo porque aún hay trabajo que hacer. Este no es un día normal de ninguna manera. Porque unos 30km adelante, estamos corriendo para alcanzar un barco que nos lleva a cumplir el sueño de Ceci: Ver orangutanes!
Un poco extasiados de nuestro encuentro con los seres naranjas llenos de personalidad, regresamos a la zona de comida cerca del muelle y encontramos letreros anunciando comida imposible de reconocer, y al vernos dudosos, una familia de Kuala Lumpur decide comprarnos dos sopas de pescado con limón y un postre de hielo raspado lleno de coberturas estrafalarias como maíz dulce, frijoles, y un montón de otras cosas pegajosas, suaves y deliciosas. Y bueno, como recibimos los dos al mismo tiempo. La sopa se está enfriando y el hielo se está derritiendo y amenazando con convertirse en un desastre de agua sucia, oye! porque siento que necesito justificar esto.
Estamos en el camino otra vez! Amontonados en un refugio abandonado y las láminas de metal del techo se levantan con la tormenta. Nos estamos empapando de todas maneras porque el aguacero torrencial está llegando completamente horizontal. Nuestras botellas están afuera colectando la lluvia para propósitos de hidratación, pero para el tiempo que la lluvia para hay un grillo muerto en mi botella. Ceci y yo lo vemos por un momento. ¿Que vamos a hacer?
No sé.
•M a l a y s i a•
Hay un tiempo, una vez que pedaleamos, que nos bañamos y que comimos, cuando la puerta finalmente se cierra en nuestro pequeño cuarto de hotel. Afuera el pueblo duerme en la sobra. Nada se mueve aquí en el pico del calor de mediodía. Hemos completado nuestra labor principal del día y finalmente conseguimos frenar el ritmo frenético de nuestra vida en la carretera. Es un tiempo para recargar energías, para aprender acerca del mundo, para leer nuestros libros, para investigar que viene del viaje, y a veces para desaparecer completamente del mundo en un sueño profundo. Es uno de mis rituales favoritos que hemos desarrollo durante el viaje. Unas horas flojas pasan, y para el momento que salimos de nuestro pequeño mundo sin ventanas, el sol está bajo en el horizonte y nos hemos transformado de bestias salvajes sudorosas en bicicletas a seres humanos semi-civilizados abiertos al mundo a su alrededor con temas interesantes que discutir con un té masala.
•M a l a y s i a•
“Hello Good Morning Where From? ”
Un señor nos grita desde la siguiente mesa. “Oooh Mexicoo! Canadaa!” Como si dos extranjeros desayunando a las 6 de la mañana en un pequeño comedor Indio vestidos con un atuendo completo de ciclistas no fuera suficiente para atraer curiosidad y atención total! Y de alguna manera, en ese instante, este hombre enseñándonos fotos en blanco y negro de su guapo yo de 21 años y de su encantadora esposa que murió recientemente, enseñándonos acerca de su vida y de sus hijos en un país al que se refería con mucho orgullo, de alguna manera este maravilloso hombre se convirtió en la encarnación de nuestra fascinación con Malasia.
Con 3 religiones predominantes, 4 idiomas oficiales, y una variedad extravagante de tradiciones y festivales, Malasia es un encuentro de mundos único en este planeta, donde la convivencia significa sobrevivencia y la diversidad es un asunto de orgullo. Mientras viajamos entre sus rincones más rurales y sus ciudades más concurridas, fuimos confrontados con estas escenas para quitar cualquier duda de nuestra mente que era verdaderamente así: Musulmanes participando en festivales Hindús; templos Chinos cerca de mezquitas donde nubes de incienso se mezclan en el aire con el llamado a oración retumbando desde megáfonos; Mujeres usando velos maravillosamente intrincados y mujeres usando saris extravagantemente coloridos… En un mundo que tiende hacia la xenofobia con cada día que pasa, Malasia sirve como un poderoso ejemplo de que la diversidad es fuerza, que modernización no es sinónimo de falta de identidad cultural, que el extremismo vive en los extremos y no debe dominar los abrumadores ejemplos de práctica de religión pacífica.
•M a l a y s i a•
Una niña nos da a cada uno una hoja de plátano cuidadosamente doblada en un prisma triangular. Hombres jóvenes están danzando-luchando con palos, mientras otros están caminando cubiertos con campanas que están enganchadas a su piel. Otros están jalando carrozas cargadas con cuerdas enganchadas a la piel de su espalda, sus lenguas perforadas por dos barras de metal en forma de cruz. Y todo huele a leche agria y especias.
Abrimos la hoja de plátano y comemos el arroz fermentado y el dhal en el, pero no las pequeñas anchoas secas y pronto tenemos que hacernos a un lado porque la gente está lanzando cocos contra el pavimento, docenas de ellos, salpicando el agua dulce pegajosa encima de todos, y es difícil preguntarnos que está pasando exactamente porque la música Bollywood está taaaan increíblemente fuerte que está haciendo que nuestros corazones se agiten, y tratamos de asimilar todo lo que está pasando con un vaso de leche con chocolate que alguien apenas nos dió, pero las cosas solo se están poniendo más raras y más salvajes y bastante divertidas. Hay muchos dioses en exhibición, muchos con los ojos tapados y de pronto, de atrás de un enorme árbol de tamarindo se asoma la luna, enorme, roja y empezando a eclipsarse para nuestro asombro y el de la multitud, y todos los políticos Malayos están tratando de sacarse fotos delante del templo mientras un flujo constante de hombres y mujeres vestidos de los colores más brillantes luchan contra la multitud con ofrendas de leche caliente para verter sobre las estatuas de dioses con cabezas y extremidades de animales, y todos están descalzos y algunos se han afeitado las cabezas para la ocasión, algunos han afeitado la cabeza de sus hijos y untado una especie de arcilla y la mayoría están bailando de cualquier manera posible cuando un gran altar dirigido por bueyes aparece donde el dinero es intercambiado por algo que no podemos distinguir bien, y ya se acabó, hemos podido pasar, gracias a dios estuvo intenso!
Los Indios no conocen medida en cuanto viene a sus festivales y el Thaipusam no es una excepción.
•M a l a y s i a•
La velocidad a la que viajamos en nuestras bicis nos permite hacer una inmersión de todos tipos dentro de mundos completamente diferentes en los países que visitamos. Ver como se desarrolla la vida en todas sus expresiones mientras avanzamos por la orilla de la carretera es una experiencia rica de aprendizaje. Curiosamente la distancia más larga que hemos recorrido ha sido por mucho el espacio entre nosotros. La inmersión entre nuestros mundos ha sido por mucho un camino más duro que las montañas de Laos, las distancias interminables de Tailandia o el peligroso espacio entre los baches y los conductores locos de Malasia.
Y el viaje podría haber terminado antes de tiempo en varias ocasiones mientras nos encontramos con los límites de cada uno. Sin embargo a medida que cada hilo del tejido de nuestra relación fue puesto a prueba, pero gradualmente los hilos más fuertes comenzaron a sobrepasar a los más débiles, hasta que muy poco tuvo la fuerza para separarnos. Solo hasta que aprendimos a respetar nuestra historia, cultura y tradiciones, nuestras diferencias se convirtieron en nuestra fuerza. Una lección sin duda aprendida de nuestra inmersión a la cultura de tolerancia de Malasia.
•M a l a y s i a•
Inciensos de tamaño de troncos de árbol han estado ardiendo lentamente durante días envolviendo el pueblo entre humos densos perfumados. Ceci y yo estamos tomando un té medicinal muy potente servido de teteras doradas gigantes con dragones voladores. El año nuevo Chino es un tiempo para la familia y el resultado es un pueblo donde cada tienda y restaurante está cerrado, en cambio las calles están llenas de dragones bailando y peatones vestidos de rojo en su camino a visitar los muchos templos escondidos dentro de la ciudad.
Aislados de su país, se convirtió muy importante para los Chinos-Malayos conservar su identidad, lo mismo con los Indios-Malayos, y esto es lo que hace a Malasia tan interesante, que se ha conservado una muestra muy pura de tradición antigua que se remonta al momento de su inmigración. Y mientras China e India se mueven hacia delante en su camino a la globalización, el tiempo se detenido en Malasia. Y mientras se terminan los fuegos artificiales de medianoche del año nuevo Chino, nos sentimos agradecidos de haber experimentado este único e improbable tiempo y lugar.
•M a l a y s i a•
Son las dos de la madrugada. Ceci y yo estamos comiendo empanadas y tomando té en la cocina de casa de sus papás en Tulanyork, Mexico. Nos despertamos de una siesta de 11 horas hambrientos y deshidratados. El último viaje de 30 horas fue la crema batida encima de la malteada de cansancio de los últimos 111 días de 6,000 km de cicloturismo a través de Laos, Tailandia y Malasia. Estamos muertos!
De hecho, para Malasia, la última parte de nuestro viaje, tuvimos que repensar completamente nuestra estrategia. Nuestro promedio de 100km se había convertido en una tarea. La humedad sofocante y el calor ardiente significaba que teníamos 4 horas y media desde el amanecer para completar la distancia de nuestra próxima destinación antes de chamuscarnos. Y que con perdernos y tener fallas mecánicas leves, no hace falta decir que raramente llegábamos en tiempo. De hecho, inventamos una nueva expresión para las criaturas sobrecalentadas en las que nos convertimos, así que creamos un nuevo término Orang Goreng o “Gente frita”!
•M a l a y s i a•
Si pudieras pedirle a uno de nosotros resumir nuestra experiencia en Malasia en tres palabras probablemente llegaríamos a lo mismo: Gente, Comida y Bicicletas, aunque el orden de las primeras dos podrían variar dependiendo del hambre! La comida China con su exquisita mezcla de hongos y vinagres, sus caldos densos y sus tés sofisticados creaba un contraste intenso con la comida India y su uso audaz de especias, sus dulces coloridos, sus currys espesos y una amplia variedad de tés y bebidas de yogurt para calmar la enchilada.
Hay una cierta cantidad de Wabi-Sabi necesaria para tomar todo el desastre que presenciamos en un día; andando en bici por días a través de plantaciones de palma en lugares que alguna vez estuvieron cubiertos por selva, tomándonos selfies con niños que venden cocos y jugo de caña en la carretera, escuchando el agresivo claxon de un camión cargado solo para darnos cuenta que el conductor es nuestro fan número uno y mientras nos saluda va desapareciendo en el camino, compartiendo historias con señores y señoras en cafeterías repletas , viendo agua contaminada con tantos químicos que literalmente queman el pasto a la orilla del río y ver a los locales pescando en ella… Y sin embargo, si nos dieran la oportunidad, ninguno de los dos pensaría en cambiar un solo instante de la experiencia que vivimos. Sin duda vamos a necesitar meses, si no años para digerir todo lo que pasó durante nuestro viaje, y es sin duda uno de los aspectos más interesantes de esta experiencia tan intensa!
Gracias a todos por compartir este viaje con nosotros!
Espero que hayan disfrutado la aventura!
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